El viernes por la noche me llama mi buen amigo Jordi Cabrera, patrón de la Partidalenca y me comenta que todas las condiciones están dadas para una buena jornada de pesca para el sábado por la madrugada en el ultimo tramo del Ebro antes de la desembocadura, no me hice de rogar así que quedo en pasarlo a buscar a las 5 p.m.
Era noche cerrada aun y ya estábamos dando cañasos muy cerca de la orilla, Jordi monta un X-Rap de 10 cm y yo decido tentarlos a superficie, elijo un gunnish-gunfish 115 que no se como no lo perdí enredados entre las cañas francamente no se veía absolutamente nada, era lanzamientos a ciegas, en la primera deriva solo obtengo un tímido ataque que no clave , decidimos cambiar de orilla y yo de señuelo, monto un sammy125 pero la suerte no estaba de nuestro lado, el sol empieza a asomar
En cuanto haya mas claridad es tiempo de ir a la desembocadura inevitablemente pasaremos por la zona denominada la barra que no es mas que una larga lengua de arena sumergida a muy poca profundidad donde chocan las corrientes de mar y río y se producen grandes turbulencia, allí tentaremos a algún palometón o tallahams que este buscando desayuno.
Los llobarros no están por la labor y en la desembocadura no se ven pajareras , seguro que otra vez serán las jurelas las que nos libren del bolo, y hacia allí nos encaminamos
Oteando la desembocadura
Hacia la desembocadura
La primer captura no se hace esperar, bastante peleón, es un espet de la familia de las barracudas solo que este rara vez supera los 50 cm. de largo, este se va por donde vino
Un espet
También una pequeña araña hace su aparición, ataco a un jig, mucho lucir de la casa María que estaba destinado a las jurelas
Una araña(mal bicho)
El resto de la mañana transcurrió corriendo pajareras de un lado a otro , se formaban y ni bien llegábamos a la zona se deshacían, apenas dos o tres lances teníamos tiempo de hacer , disfrutamos de muchisimas picadas de jurelas, la mayoría las perdimos antes de embarcar , tienen el labio muy débil y al ser tan peleonas se desgarran y escapan, una media docena logramos embarcar y de ellas solo estas tres me acompañaron a casa
Ranchito de Jurelas
Era mas de media mañana así que decidimos ir encaminándonos hacia la desembocadura nuevamente y volver a probar con los tallahams en la barra a uno y otro lado, se empieza levantar mucho aire y algo raro, inusual, sucede las olas tienen una cadencia irregular y cruzadas unas con otras y se hace imposiblre mantener la estabilidaden la desenbocadura asi que nos encaminamos a puerto dando por terminada la jornada que dentro de lo pobre que esta la zona ultimamente no nos podemos quejar
Hasta la proxima...............
desde luego los mayores ultimamente se hacen de rogar...pero ahí están las jurelas,magníficos adversarios.Yo utilizo una caña de 2'40 bastante ligera que me hace disfrutar mucho su captura y apenas tengo desgarros,aunque hay que jugar mucho con el freno y claro,aún así algunas vencen la batalla..Bonitas fotos!!un saludo.
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